Con el tiempo, las organizaciones alcanzan madurez y necesitan de las innovaciones tecnológicas para ser más competitivas y poder satisfacer sus propias necesidades y las de los clientes.

Las empresas han tenido que enfrentarse a desafíos como definir estrategias, sostenerlas, diseñar procesos, asignar tareas y hacer ofertas de productos y servicios que estén acordes a las necesidades de las personas y del entorno, todo
esto por producir y no quedarse en el pasado, sino avanzar y adaptarse a los cambios (López et al., 2020)

Según la OCDE en el Manual de Oslo (2018), la innovación es definida como el conjunto de etapas en las que se realizan procedimientos científicos, tecnológicos, financieros y/o comerciales que permiten el desarrollo e implementación de productos y servicios mejorados. Mientras que la OCDE (2016) explica que esta
debe de ser introducida, genuina, sustentable y acumulativa.

Otros autores definen la innovación como aquel proceso mediante el cual se deriva el conocimiento de la empresa o el mercado (Torres et al., 2020). La capacidad de innovación es un recurso de las empresas que debe de ser gestionado de forma eficiente (Sáenz & De Souza, 2006).

Las empresas aportan de forma significativa a la sociedad y a la economía, produciendo crecimiento económico, generando más competitividad, innovando y creando ideas que aporten a la solución de situaciones que se presenten y generando empleo (Peña et al., 2018).

La innovación es un determinante importante para la productividad y el crecimiento económico, siendo esencial para que las empresas puedan sobrevivir (Henao et al., 2020). Es la introducción de un producto que tuvo un proceso de cambio o es nuevo y se generan cambios en los procesos y/o en la publicidad de la organización para
mejorar sus resultados.

Las organizaciones modernas deben de competir en el mercado, han de tener productos y servicios diferenciados, debido a que el mercado es dinámico y exigente, imponiendo altos estándares de calidad (Bauzá, 2016), asimismo, deben implementar la innovación y la tecnología en función de su propio desarrollo para buscar soluciones a problemas que enfrenta.

La innovación en las empresas se da a partir de una lluvia de ideas y se van eligiendo aquellas que tiene un gran potencial para llegar a ser desarrolladas y se representan en nuevos productos, servicios y proyectos. También es importante que se tengan en cuenta los siguientes elementos: la planificación del sistema de gestión
de la innovación, la generación de ideas y la utilización de herramientas de innovación, planificación, desarrollo y ejecución de proyectos de innovación, utilización de tecnologías y una mejora al sistema de gestión de innovación.

Para que se dé la competitividad de las empresas es esencial la innovación, en vista de que por factores como el emprendimiento, la creatividad, la obsolescencia programada , el incremento de las demandas por parte de los consumidores y la competencia de organizaciones en el mercado han hecho que comiencen a usarla para ser más eficientes, tener más rentabilidades y logro de objetivos a largo plazo (Ospina et al., 2014).

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La Innovación en Empresas Latinoamericanas

En Latinoamérica, las empresas se caracterizan por su bajo potencial en competitividad e innovación, lo cual es importante para que el crecimiento y el desarrollo económico se den y sean un motor fundamental para llevar a cabo una mejora en la localidad y en el país en el que se encuentren (Peña et al., 2018).

Para poder que lleven a cabo el proceso de innovación en las empresas se da por las mejoras que hagan primero dentro de esta, como el fortalecimiento en conocimientos de los empleados y colaboradores, la asignación de nuevos
proyectos con estrategias. Asimismo, se hace necesario que inviertan en tecnología que fomenten la comunicación en distintas áreas de la organización y con los clientes para que aumenten la innovación y la productividad.

La innovación en las empresas latinoamericanas no debe de ser un freno cuando se presentan situaciones adversas, sino que por el contrario, se debe de pensar de forma emprendedora debido a que surgen oportunidades e ideas de negocio dentro y fuera de la empresa (Peña et al., 2018). Las innovaciones surgen a partir de procesos y actividades que se den en el trabajo.

Las empresas han de adquirir ese hábito de adaptarse a las situaciones y cambios que se produzcan en el mercado, por eso deben hacer un análisis de lo que desean realizar y los procesos y productos en los que desean hacer un cambio e innovar, ya que estas decisiones que tome traerán importantes consecuencias para su futuro.

La innovación es importante para la productividad de las empresas y para su desarrollo, ya que implica el impulso de mecanismos que apoyen las actividades innovadoras que desean realizar, y se constituye en una herramienta para plantear las estrategias y alternativas que se van a usar para la sostenibilidad de las organizaciones.

En Latinoamérica también se ha encontrado que hay personas con perfil emprendedor, capaces de encontrar problemas en su entorno, dar respuesta a estos y gestionarlos, todo esto en la búsqueda de ser más competitivas gracias a la identificación de nuevas oportunidades (Cristobal et al., 2016).

Se hace necesario que las empresas comiencen a tener en cuenta a sus trabajadores, con sus ideas y opiniones, ya que todos tenemos diferentes puntos de vistas y gracias a eso puede surgir una lluvia de ideas que permita que se den
procesos de innovación más rápidos y eficientes; deben haber creado una cultura innovadora, en donde se fomenten la creatividad, el pensamiento y el aprendizaje.

Gracias a lo anterior, las empresas han de evidenciar el liderazgo y el compromiso de sus gerentes, directivos y colaboradores en su dirección con la innovación, que les permita estar más integrados, una participación más amena y la llegada a nuevos espacios en los cuales pueda tener la colaboración de terceros con ideas (Cristobal et al., 2016), las cuales también se puedan tener en cuenta y se puedan poner a juicio para su planeación y proyección.

Para que las empresas sean competitivas, se determinan estrategias para el fomento de la capacidad de innovación y la implementación de sistemas de gestión y los procesos de prestación del servicio y de la toma de decisiones (Simmonds et al., 2016).

La innovación en las empresas, especialmente en las pymes, corresponde a la mejora de la eficiencia operativa por medio del uso de la tecnología en áreas como la de producción, lo que lleva al incremento de los ingresos y la producción de nuevos productos y servicios, pero con la gran oferta de empresas que hay en el mercado se han visto forzadas las organizaciones a implementar ideas que sean creativas y tengan un buen impacto en las personas para que pueden posicionarse en el mismo (Ospina et al., 2014). Para conseguir el posicionamiento, han de tener en cuenta estrategias, desarrollo de nuevos productos, mejoras en la producción, canales de distribución y de comercialización (Gómez, 2008).

Contenido tomado de: Diplomado en Gestión  de la de Gestión de la Innovación y sus Implicaciones Organizacionales, dictado por Bolívar Innova. Cartagena, Colombia 2021

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