Actualmente, se han dado cambios gracias al desarrollo de la tecnología y al nivel de creatividad que han llegado a desarrollar las personas, lo que ha afectado a nivel social a las comunidades y a las empresas, y más, por las ampliaciones que se han dado en los mercados, el incremento y la agudización de la competencia.

Las empresas se han visto obligadas a gestionar más la innovación en cada uno de sus procesos y proyectos, todo esto en búsqueda de una mejora constante y de aumentar sus niveles de rentabilidad. Para que las empresas sobrevivan y crezcan en el sector empresarial, es necesario que se reinventen y tomen decisiones que les sirvan para ser eficientes y les permitan alcanzar los objetivos planeados (Álvarez & González, 2020).

La Gestión de la Innovación es la combinación de la gestión de los procesos de innovación y la gestión del cambio (López et al., 2020, p. 71); esta permite que la organización responsa a aquellos problemas y oportunidades que hay en su entorno y dentro de ella, haciendo uso de la creatividad y las nuevas ideas que puedan surgir, volviéndose más competitivas. También es definida como un proceso o actividad gerencial (Torres et al., 2020).

Una respuesta rápida de las empresas ante tantas problemáticas que se están presentando es diseñar y mejorar procesos existentes para la creación o rediseño de productos y servicios por medio de ciclos más rápidos. El proceso de la innovación en las empresas a partir de lo anterior se da administrando a factores como lo son las personas, la estructura empresarial y la empresa.

La Gestión de la Innovación puede aumentar la producción de creación de productos y servicios, en este caso la productividad de cualquier tipo de empresa, eso sí, adaptando la innovación dependiendo de su tamaño (Peña et al., 2018), además, implica el potenciar el conocimiento de la empresa para que juegue a favor de este como un factor diferenciador frente a la competencia.

La gestión de la innovación es un instrumento directivo que contribuye al éxito de la empresa y tiene que ser un proceso creativo, interactivo y regulador de ideas y conocimientos. La innovación en las organizaciones requiere de una gestión continua y de la implementación de procedimientos que puedan hacer garantizar sus logros, siempre y cuando se tenga planteada una metodología con las acciones que se necesitan llevar a cabo dependiendo de la empresa, su actividad y sector al que pertenezca (Terán et al., 2017).

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Lo que más se está utilizando es la innovación tecnológica, la cual es un proceso que implementan las organizaciones, creando una cultura de innovación que está ligada a su entorno empresarial. Las empresas tienen como reto la participación y generación de un modelo de gestión que impulse la participación de sus trabajadores con sus ideas, las cuales han de servir como apoyo a la innovación que se dé en la organización, logrando así también
un mejor trabajo en equipo.

Para llevar a cabo un proceso de innovación, las empresas deben implementar un sistema de gestión de la innovación, definiendo un modelo con sus distintas fases, las acciones y estrategias que se deben seguir y su interrelación y teniendo en cuenta como características principales las habilidades y conocimientos que ayuden a la obtención de un desempeño innovador y económico (Simmonds et al., 2016).

Las organizaciones que son innovadoras disponen de uno o varios departamentos de I+D, que les permite reunirse, compartir ideas, probar nuevos productos, crear nuevos proyectos y otras formas de asociación con la innovación.

Tomado de: Diplomado en Gestión  de la de Gestión de la Innovación y sus implicaciones organizacionales, dictado por Bolivar Innova. Cartagena, Colombia 2021

 

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